La terrible confesión de la madrastra de la nena de 13 años asesinada en Zárate

El fiscal del caso de la nena asesinada en Zárate, Alberto Gutiérrez, interrogó a María Ludueña, quien admitió haber cometido el crimen contra su hijastra de 13 años.

Este martes se conoció un escalofriante caso sobre una mujer que asesinó  a su hijastra de 13 años. Todo comenzó con un llamado al 911 en el que se informó sobre una adolescente desvanecida que no respiraba, en una casa sobre la calle 16 al 100, en Zárate. Se trataba de Morena Nazareth Lavin Vergara, de 13 años, a quien los médicos del Sistema de Emergencias Municipal (SEMU) intentaron reanimar pero no pudieron, ya que estaba muerta.

A pesar de que el cuerpo presentaba golpes, cortes y quemaduras en varios lugares, la primera versión que recibieron los agentes de parte de su papá y de su madrastra era que la chica se auto-flagelaba y que cuando le dijeron que se iba a vivir con su mamá, supuestamente ingirió un cóctel de pastillas para quitarse la vida.

De todos modos, la autopsia lanzó que la niña había sido golpeada y tenía una hemorragia externa. Además, detectaron signos compatibles con una violación. En este sentido, el fiscal Alberto Gutiérrez, titular de la UFI Nº7 de Zárate, pidió la detención de su papá biológico, Pablo Lavin, y su pareja, María Ludueña, quienes estaban a cargo de la menor en ese momento. Ambos fueron interrogados este viernes por los delitos de homicidio agravado por el vínculo y abuso sexual agravado.

La mujer, según fuentes del caso, admitió su culpa plenamente sin incriminar a su esposo. Ante el fiscal confesó que golpeó a la nena con “un palo” que después incendió, luego de que orinara su cama el día de su muerte. Además, usó el objeto para lastimarla en la zona genital. Además, fuentes judiciales aseguraron que la mujer reconoció: “La maté por celos”. Ludueña estaba celosa porque su esposo tenía “un favoritismo” por ella, en lugar de la hija que ambos tenían en común. Esta no era la primera vez que la lastimaba: la había golpeado en otras ocasiones.

Por su parte, Pablo Ludueña solamente dijo que no se encontraba en la casa cuando sucedió el crimen. De todos modos, frente a las preguntas del fiscal aseguró que su esposa le admitió el crimen y que confesó que le introdujo “el palo” en sus zonas genitales. Los dos quedarán detenidos.

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